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¿Qué es el carcinoma de células renales (CCR)?
Los riñones forman parte del «sistema urinario», y se encuentran cerca de la parte media de la espalda en cada lado de la columna. La principal función de los riñones es filtrar la sangre para eliminar el agua que no es necesaria, así como la sal y los desechos. Los riñones transforman todos estos desechos en orina.

Los riñones también desempeñan otras funciones, incluidas:

  • Producir una hormona denominada «renina», que ayuda a controlar la presión arterial.
  • Producir una hormona denominada «eritropoyetina», que indica a la médula ósea que produzca más glóbulos sanguíneos para que el cuerpo siempre tenga suficientes.

En los riñones hay diferentes tipos de células. Según dónde y en qué tipo de células se origina el cáncer, se pueden desarrollar diferentes tipos de cáncer de riñón. Uno de estos tipos se denomina «carcinoma de células renales» (CCR).

El CCR es el tipo más común de cáncer de riñón, y representa aproximadamente 9 de cada 10 casos de cáncer de riñón.

También existen varios subtipos de CCR. El subtipo con el que se diagnostica a un paciente se puede utilizar para decidir el tipo de tratamiento que se les ha de administrar. Los subtipos se encuentran examinando muestras de células tumorales en un microscopio. El subtipo más común es el «CCR de células claras», que se caracteriza por células pequeñas, claras o muy pálidas. Aproximadamente 7 de cada 10 pacientes con CCR presentan CCR de células claras. Otros subtipos son el «CCR en papiloma» (aproximadamente 1 de cada 10 pacientes) y el «CCR cromófobas» (aproximadamente 5 de cada 100 pacientes).

¿Cuáles son los factores de riesgo para el CCR?
No se entiende por completo lo que produce el CCR, pero existen algunos factores, denominados «factores de riesgo», que pueden aumentar las probabilidades de que una persona presente la enfermedad. Algunos factores de riesgo son: 

  • Edad: las personas de más de 70 años tienen más probabilidades de que se les diagnostique CCR y es poco frecuente en personas menores de 45 años.
  • Obesidad: el sobrepeso aumenta las probabilidades de desarrollar CCR.
  • Tabaco: los fumadores actuales y también las personas que han fumado en el pasado presentan un mayor riesgo de desarrollar CCR.4,5
  • Sexo: los hombres tienen una mayor probabilidad que las mujeres de que se les diagnostique CCR.
  • Factores genéticos y hereditarios: ciertos trastornos raros hereditarios pueden aumentar las probabilidades de desarrollar CCR. Las personas que tengan un familiar cercano (por ejemplo, progenitor, hermano/a o hijo/a) que previamente haya presentado CCR tienen aproximadamente el doble de posibilidades de desarrollar CCR.

¿Cuáles son los síntomas del CCR?
El síntoma más común del CCR es la presencia de sangre en la orina, lo que se conoce como «hematuria». Esto a menudo puede aparecer y desaparecer, lo que significa que el cáncer se encuentra en un estadio inicial y es más fácil de tratar. En algunos pacientes se puede percibir un bulto o hinchazón en la espalda en la zona de los riñones. Entre los síntomas más generales se incluyen:

  • Pérdida de peso.
  • Fiebre.
  • Dolor en la espalda que no remite.
  • Cansancio.
  • Pérdida de apetito.
  • Sensación general de malestar.

¿Cómo se diagnostica el CCR?
Si una persona cree que algunos de los síntomas que presenta están producidos por CCR, existen distintas pruebas que el médico puede realizar para averiguar si hay un problema con el riñón. Estas incluyen análisis de orina para averiguar si hay sangre o células cancerígenas en la orina, y análisis de sangre para determinar si hay cambios anormales indicativos de cáncer.7 Una persona podría también tener que hacerse una ecografía, en la que se utilizan ondas de sonido para generar una imagen de los órganos del interior del cuerpo, o una TC, en la que se utilizan rayos X para generar una imagen en 3D.

Una vez diagnosticado, los médicos evaluarán el tumor para determinar la gravedad del cáncer y para averiguar si se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Esto se denomina «estadificación del cáncer», y al cáncer se le asignará una puntuación del 1 (el estadio más inicial) al 4 (el estadio más avanzado). Esto ayudará al médico a decidir cuál es el mejor tratamiento para cada paciente.

Si una persona presenta un riesgo elevado de desarrollar CCR, posiblemente debido a causas genéticas o hereditarias, tendrán que someterse a revisiones periódicas, por ejemplo, realizarse un escáner anual. Esto puede ayudar a los médicos a detectar el CCR lo antes posible. Sin embargo, no se dispone de métodos fiables de detección del CCR para la población general.

El CCR se describe como «localizado» si el cáncer no se ha diseminado fuera de los riñones. El médico puede referirse a esto como estadio 1, 2 o 3. Si este es el caso, la intervención quirúrgica para extirpar el tumor, o la totalidad o una parte del riñón, es el tratamiento más habitual. A veces, se administra un tratamiento adicional antes de la intervención quirúrgica para reducir el tamaño del tumor. A esto se denomina «tratamiento neoadyuvante». Como alternativa, el tratamiento se puede administrar tras la intervención quirúrgica para garantizar que todas las células cancerígenas se hayan eliminado, y así reducir el riesgo de que el cáncer recurra. A esto se denomina «tratamiento adyuvante».

El CCR se describe como «avanzado» cuando se ha diseminado a una parte del sistema inmunitario denominada «ganglios linfáticos», o a otros órganos. El médico se referirá a esto como cáncer en estadio 4. La probabilidad de que el cáncer empeore también se evalúa como «riesgo bajo», «riesgo intermedio» o «riesgo elevado». En el CCR avanzado, el principal tumor del riñón, o el riñón mismo, se pueden extirpar mediante intervención quirúrgica. Si una persona presenta tumores que se han diseminado a otras partes del cuerpo, normalmente necesitará un tratamiento distinto. Cuáles son las mejores opciones de tratamiento para cada paciente también puede depender del tipo de CCR que presentan. El médico podrá ofrecer recomendaciones sobre otras opciones de tratamiento disponibles.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento disponibles para el CCR?
Existen dos tipos de fármacos que se utilizan para tratar el CCR avanzado. Estos son los «tratamientos selectivos» y la «inmunoterapia».

Los tratamientos selectivos pueden parar los mensajes celulares que hacen que el cáncer crezca incontroladamente. Una diana para los tratamientos contra el CCR es una proteína denominada «VEGF», la cual participa en el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos alrededor del tumor (lo que se denomina «angiogénesis»). Los fármacos que inhiben el VEGF pueden hacer que el tumor cancerígeno deje de crecer. Otras dianas son las «tirosinas cinasas» y una proteína denominada «mTOR». Las tirosinas cinasas y la mTOR ayudan a las células cancerígenas a crecer y a dividirse. Los fármacos que hacen que las tirosinas cinasas o la mTOR dejen de funcionar pueden hacer que el tumor cancerígeno deje de crecer o pueden desacelerar su crecimiento.

La inmunoterapia actúa ayudando a que el sistema inmunitario encuentre y ataque las células cancerígenas. Dos inmunoterapias utilizadas para el tratamiento del CCR son el «IFN-2α» (administrado con un inhibidor del VEGF) y la «IL-2». En la actualidad, se están investigando nuevas inmunoterapias, denominadas «inhibidores del punto de control», para el tratamiento del CCR. Recientemente se han autorizado dos agentes inmunoterapéuticos, denominados nivolumab e ipilimumab, para el tratamiento del CCR, pero estos solo se pueden administrar a determinados grupos de pacientes.

La investigación actual sobre el CCR se centra principalmente en utilizar los inhibidores del punto de control con otros fármacos para aumentar el número de pacientes que pueden recibir este tratamiento. En los estudios clínicos se está investigando el uso de los inhibidores del punto de control como tratamiento de primera línea para el CCR avanzado y como tratamiento tras la intervención quirúrgica para el CCR localizado.

Acerca de Estudios Clínicos

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